viernes, 20 de abril de 2018

Sobre la importancia de la EPEC y la discusión que viene...

La Fundación Otra Córdoba nos acerca algo de claridad en el marco del ruido que comienza a sonar por Córdoba desde hace algunas semanas. Una mirada amplia y rigurosa que nos invita a contemplar aspectos centrales de la discusión por la producción y distribución de energía eléctrica, evitando caer en los argumentos reduccionistas y típicamente fiscalistas que abundan en la agenda impuesta desde los principales medios y sectores dirigenciales. 

Nos dice Fundación Otra Córdoba: 

Es muy importante que la empresa, en lo que respecta a la actividad eléctrica, se haya mantenido integrada abarcando generación, transporte y distribución. Esta integración, dándose en el ámbito de la propiedad pública, permite que la política energética provincial pueda diseñarse con autonomía de cambiantes circunstancias de contexto, como la actual escalada de tarifazos propiciada desde el Gobierno Nacional.

Desde una perspectiva estratégica, la empresa integrada puede diseñar un criterio de largo plazo para obtener un costo medio de generación inferior al del mercado mayorista, y es un criterio plenamente racional financiar las inversiones necesarias para ello con el presupuesto general para inversión pública de la Provincia.

Las pautas del vigente marco regulatorio eléctrico de sesgo privatizador, que ahora parece querer reflotarse, indicarían un viraje de alejamiento de todas esas posibilidades estratégicas y virtuosas para el desarrollo provincial. En cambio, su inspiración parece más bien originada en la orientación general del Gobierno Nacional, que en un decreto de hace algunos meses habilitó al Ministerio de Energía a privatizar las empresas de generación y otros activos del sector energético que aún conserva el estado nacional. Es notorio que, ante la inyección de rentabilidad derivada de los incrementos tarifarios, los valores patrimoniales de las empresas energéticas que operan en la Argentina se han multiplicado, y se ha configurado así un nuevo escenario de potenciales negocios privados de gran significación, pero que por otra parte son incompatibles con una concepción del sector empresarial del estado al servicio del desarrollo regional.




lunes, 2 de abril de 2018

Extractos de Cuadernos de Coyuntura Nº1 - Improntas neoliberales




"(...) ¿Es efectivamente el neoliberalismo ese monstruo de infinitas cabezas que todos creemos que es? Y más específicamente: ¿es el neoliberalismo sinónimo de privatizaciones, achicamiento del Estado y producción de desigualdad? Vamos por partes. Amparándonos en esta tradición que acabamos de mencionar podríamos proponer al menos tres cuestiones para empezar a responder nuestros interrogantes. Primero, el neoliberalismo más que un conjunto de políticas económicas que se derraman sobre la sociedad desde un centro es una lógica política que se expande reticularmente en una sociedad encarnándose en diversos comportamientos. Esta lógica o racionalidad política consiste fundamentalmente en la expansión de los principios empresariales para planificar, desarrollar y evaluar las decisiones, utilizando al criterio de eficiencia como vara. Entonces, a partir de esto el neoliberalismo ya no se trata simplemente de un conjunto de políticas caracterizadas a priori como tales sino del modo en que las mismas se llevan a cabo; y no se trata de las decisiones que se toman en el Estado sino en la racionalidad misma que le imprimimos a cada uno de nuestros actos en las diferentes áreas de nuestra vida. Segundo, también siguiendo a Foucault en este punto, a diferencia del liberalismo clásico la racionalidad neoliberal entiende que es necesario intervenir para producir las condiciones para que el juego de la oferta y la demanda se realice. En otras palabras, el neoliberalismo no es la retracción del Estado, la no intervención sobre el mercado sino precisamente la intervención para la producción de condiciones para que la competencia se desarrolle. Tercero, y esto se desprende de lo anterior, se trata entonces de quitarle toda carga moral al término y comenzar a pensarlo de forma articulada y simultáneamente en pugna con otras lógicas de construcción política (...)" 
Lean el artículo completo en Cuadernos de Coyuntura Nº1: https://goo.gl/zgSDL5